lunes, 5 de septiembre de 2011

Sin Nombre...







Difíciles pasos tejidos de barro. La tragedia ya hace bajo las desoladas esquinas de los sueños. Solo se leían las inscripciones: Muerto, seré tu muerte. Era el alma errante del que cruzaba el cosmos en busca de la esperanza.
Con mirada perdida en la oscuridad recordó las miles de veces que se auto convencía de lo que venía después.
¿Cómo podía terminar todo así?
El silencio corrompía sus sentidos. Un sollozo de la inocencia sin forma llegaba como estaca a la espalda.
Eterno llanto… lagrimas como mares arrancaban su espíritu.
Cada gota… no era más que un pedazo de su podrida y cancina alma.
Solo quedaba vagar por la eterna y densa oscuridad de la mano del dolor.
Por los siglos de los siglos. Amén. 

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